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Ilustração por Jimson Vilela
FABIO MORAIS
Fabio Morais, Brasil, 1975, é artista plástico graduado pela Fundação Armando Álvares Penteado e mestrando na Universidade do Estado de Santa Catarina, UDESC. Sua mais recente exposição individual foi “Te Iludo”, Galeria Vermelho, São Paulo, em 2010. Tem participado de exposições coletivas como “El Mal de Escritura” (MACBA, Barcelona, 2009), 29a Bienal de São Paulo (Fundação Bienal de São Paulo, São Paulo, 2010), 8a Bienal do Mercosul (Fundação Bienal do Mercosul, Porto Alegre, 2011) e “The Spiral and the Square” (Bonnierskonsthall, Estocolmo, 2011). Parte substancial de sua produção artística usa o livro e a publicação como obra, meio e suporte, e já publicou livros como Sebo (CCBB, São Paulo, 2007) e blá blá blá (par(ent)esis, Florianópolis, 2009), ambos em parceria com Marilá Dardot, O Performer (edição do autor, 2009), Diccionario para Road Movie (Kitschic Ediciones, Barcelona, 2010), ARTE E MUNDO APÓS A CRISE DAS UTOPIAS (par(ent)esis, Florianópolis, 2010) em parceria com Daniela Castro, e Fabio Catador (Coletivo Dulcinéia Catadora, São Paulo, 2011).
1- O que significa América Latina hoje para você?
Agrupar países pela raiz do idioma é simplista. Para mim, a América Latina não existe, foi uma invenção do imaginário das metrópoles, uma ficção de tecnocratas europeus para que entendessem, administrassem e dominassem suas colônias. Deu certo, até hoje acontecem colóquios europeus para se discutir a tal questão latino-americana. Depois, desconfio que a América Latina continuou como uma personagem com papel definido, quando dividiram o mundo entre ricos e pobres, direita e esquerda, bons e maus, bonitos e feios, polidos e mal educados, “América do Norte cowboy protetor” e “América Latina indígena a ser protegida”.Tenho a sensação que falar em América Latina hoje é o mesmo que falar em URSS, Primeiro ou Terceiro Mundo. É um termo ultrapassado e vazio, desses que se adequam a qualquer discurso, principalmente aos populistas, e que não resistiu à complexidade de nomenclaturas que o século XXI exige.
2- Você acredita em uma unidade latino-americana? Por quê?
Não, unidade só é possível quando se é um. Entre duas pessoas, já não há unidade. Entre várias etnias, dialetos, culturas e histórias, então, a unidade é ainda mais burra que a unanimidade. E perigosa: por crença num ideal de unidade, houve muita carnificina no século XX, e ainda há.
3 -Você poderia explicar como este “termo” opera dentro da sua área de trabalho?
Não sei, é difícil responder porque nunca me importei com a nacionalidade de um artista, e nem com a minha própria. Mas creio que esse termo pode suscitar pré-conceitos que ainda persistem: o exotismo; a ideia de uma cultura periférica que pode “arejar” a cultura do centro; a estética da pobreza, do precário, da gambiarra; um tropicalismo banana is my business; um construtivismo mais feliz e sentimental; uma obrigação de ser antropofágico. São pré-conceitos ligados ao modo como vêem o continente. Já como o continente se vê, ou eu me vejo tendo nascido nele, não sei, não vejo.
DANIELA MARTINS
Daniela Martins, Bolívia 1988, faz mestrado em Estudos Latinoamericanos- Universidade Sorbonne Nouvelle Paris III – Institut de Hautes Études de l’Amérique Latine. Atualmente trabalha como assistente em comunicações no Relatório Mundial de Seguimento da Educação Para Todos (EFA Global Monitoring Report), no tema de educação em países afetados pelo conflito armado, em Paris, França. Em 2010 participou da 3# Ação internacional da Marcha Mundial das Mulheres, no tema de violência sexual como arma de guerra, em Kinshasa e Bukavu, República Democrática do Congo. Em 2010 foi consultora de estudos de gênero da participação política e representação no cenário político boliviano após o processo de Autonomias, em La Paz, Bolívia.
1- Que significa América Latina hoy para usted?
América Latina para mí no es una región geográfica, sino un sentimiento. América Latina es el plátano verde aplastado, y es la operación Cóndor. Hoy, América Latina trasciende una etiqueta territorial. De Ushuaia a Monterrey se comparte un calor, una musicalidad, y un sentimiento de unidad que se siente cada vez más fuerte. Quienes solemos viajar lo sabemos bien: los latino-americanos nos identificamos a simple vista. Un latino puede ser blanco, negro, rubio, amarillo, trigueño, de cualquier tamaño o color, pero tiene un cierto “aire”, una cierta alegría en los ojos, que es inconfundible.
América Latina es los latino-americanos, la belleza y la contradicción de su gente. Es las madres de la plaza de Mayo en Argentina, y es la Guerra del Fútbol en Honduras. Es sabores, ritmos, ecosistemas, religiones, rivalidades, colores, pampas, corales, y desiertos. Todo esto, y más, es América Latina.
2- Usted cree en una unidad latino-americana hoy? Por que?
Los países latino-americanos comparten una historia colonial, similitudes climáticas, el sombrío pasado dictatorial, las mismas presiones extranjeras, y similares cisiones internas. Como resultado, la unidad latino-americana es no solamente posible sino muy propablemente benéfica para la región: La unión hace la fuerza.
Con la reciente emergencia internacional de Brasil, México, y en un segundo lugar Argentina y Chile, una unidad latino-americana hoy es más plausible que nunca. Creo en una unidad latino-americana porque a pesar de las tensiones internas, las iniciativas hacia una unidad están tomando proporciones esperanzadoras. Este es el caso de la UNASUR, por ejemplo, cuyo marco de acción trasciende las relaciones comerciales y propone la creación de una memoria colectiva, un tiempo-cero para la construcción sudamericana. Y, con suerte y trabajo duro, esta iniciativa podrá extenderse a los países de centroamérica que aún están bajo el espectro innegable de influencia estadounidense.
3- Usted podria explicar como este asunto opera dentro de su area de trabajo?
Mi area de trabajo es centrada en África, y este asunto opera como especia de espejo a futuro de lo que puede lograr el continente africano siguiendo ejemplos de otros países de la perifería del sistema internacional, que se han enfrentado historicamente a los mismos desafíos: la creación de Estados con poblaciones heterogeneas y rivalidades internas, la incansable dominacion del norte, y la gestión responsable de los recursos naturales.
CURATORIA FORENSE (Ilze Petroni e Jorge Sepúlveda)
Jorge Sepúlveda T., Chile 1971, é curador independente e crítico de arte. Já realizou mais de 25 exposições coletivas e individuais de artistas contemporâneos da América do Sul. Seus artigos e comentários sobre arte estão disponíveis em www.curatoriaforense.net. Também realizou publicações e conversas sobre arte contemporânea, circuito de arte, fundos culturais públicos, imaginário artístico e social em diversos meios, entre os que se destacam Documenta 12 Magazine, Artenlinea, ArteyCritica e Revista Plus.
Ilze Petroni, Argentina 1976, é investigadora de arte contemporânea. Trabalhou na Cátedra de Movimentos Estéticos e Cultura Argentina, Seminário de Cultura Popular e Cultura de Massas e Seminário de Problemas da Sociedade Contemporânea na Escola de Ciências da Informação da Universidade Nacional de Córdoba. Também participou de vários investigações dedicadas a problemática do cinema argentino de hoje. Atualmente realiza sua tese de doutorado em artes na Faculdade de Filosofia e Humanidades (UNC). Além disso, coordena junto a Jorge Sepúlveda T. o grupo de trabalho da Curatoría Forense.
1- Que significa América Latina hoy para ustedes?
El Popol Vuh[1] afirma que no se puede conocer el nombre de dios, porque intentar conocerlo evidencia la ambición de dominarlo. Unos siglos después, Pierre Bourdieu resume esta lucha como “la capacidad de nominación legítima”.
Eso es América Latina para nosotros, un nombre.
¿Recuerdan ustedes cómo funciona el bautismo cristiano? Se presenta a un bebé – que es incapaz de negarse – a una autoridad (de la que no participa) para reafirmar el orden de la filiación-subordinación y la jerarquía que pretende dar sentido a las cosas (que organiza y organizará su mundo).
El bautizado no entiende el sistema de códigos que sostiene el ritual; ni la necesidad de reafirmar la confianza en ese orden. Es un ritual sacrificial.
¿Qué es lo que se sacrifica al ponerle un nombre? La capacidad y la libertad de encontrar su propio nombre, de dar cuenta (en justicia) de los procesos de identificación de lo nombrado consigo mismo.
América Latina es un nombre. Que participa de una ideología independientemente si esta noción se refiere efectivamente a algo. Independientemente si hay algo detrás de ese nombre.
El nombre actúa en representación de lo nombrado. Pero como el nombre no refiere (a un objeto constituido) se vacía y reemplaza lo nombrado. Es una delegación de autoridad hacia ese otro que lo enuncia, para quien el nombre se transforma en una herramienta.
Nos llaman América Latina para afirmar que participamos de su Historia; para poder establecer ciertos vínculos determinados de poder; para dar noción de un ficcionamiento de unidad identitaria que refuerce sus discursos.
América Latina es un nombre que junta, como una misma cosa, a los negros con los cholos, a los chetos con las catiras, a los yanomamis con los onas. Es un sancocho.
América Latina es un esfuerzo por no decir nada. Decir nada para dominar.
2- ¿Ustedes creen en una unidad latino-americana hoy? ¿Por qué?
Creemos que la unidad latino-americana es un proyecto histórico fallido. Desde Simón Rodríguez al Che Guevara, de Francisco Urondo a Paulo Freire, la unidad latino-americana ha sido más un deseo que una capacidad efectiva.
Un proyecto histórico que, aunque fallido, ha marcado el imaginario social y político. Hay un fantasma que recorre América Latina. Un fantasma que organiza los temores de la derecha y las ilusiones de la izquierda. Y nos deja a todos apenas subsistiendo un deseo que no tiene objeto porque no logra organizar sus objetivos.
Valga decir que unidad e identidad son conceptos diferentes. Porque creemos que se puede lograr la unidad desde la diversidad (de identidades). La unidad se logra desde la coordinación y la co-dependencia, desde la sincronización de los intereses.
Las naciones de Centro y Sudamérica, como los diferentes grupos organizados detrás de la idea de unidad latino-americana, han sido enfrentados históricamente a enemigos que los debilitan y los dividen.
A las guerras de independencia contra el Imperio Español siguieron los conflictos de sucesión (de lucha entre los herederos) de las que sólo salió invicto la naciente Brasil; las guerras de establecimiento de múltiples naciones; las intervenciones del Imperio Británico que fueron inevitables para la instauración del capitalismo (la Guerra del Chaco y la Guerra del Pacífico); la exigencia de toma de partido a favor de los aliados en la I y II guerra mundial; y, por último, las intervenciones de USA en las dictaduras de los 70´s y 80´s para neutralizar el cáncer marxista, pedagogía de la individualidad que aprendimos a través de la Escuela de las Américas: renovada versión de “la letra con sangre entra”.
Eso es, efectivamente, América Latina. Un “dividir para gobernar”.
3- ¿Ustedes podrían explicar cómo este asunto opera dentro de su área de trabajo?
Nosotros creemos que nuestra labor como investigadores y gestores autónomos de arte contemporáneo está a medio camino entre el cartógrafo y el topógrafo. Esto implica una relación especial con el territorio y sus habitantes. Es decir, establecemos vínculos con las personas y sus ideas periódicamente, intentando entender su entorno de producción artística y discursiva; cómo construyen el valor que le otorgan a los que hacen y cómo esto afecta la historia y la imagen que tienen de sí mismos.
Simultáneamente diagramamos estas evidencias y las contrastamos con otras escenas locales, en un procedimiento que llamamos Anatomía Comparativa. Ponemos a prueba estos diagramas y los actualizamos cada vez que nos vinculamos con ellos nuevamente, cada vez que llevamos a cabo un proyecto, cada vez que hacemos una intervención.
Es por ello que las fronteras que cruzamos, nacionales o conceptuales, nos permiten poner a prueba las convenciones y los acuerdos. Para evitarlos o reincidir en ellos.
Ya lo decíamos antes, para nosotros América Latina es sólo un nombre que se aplica al Arte Contemporáneo de estas latitudes. Nosotros tratamos de entender las especificidades que este nombre ignora y postulamos hipótesis en conjunto con los grupos autónomos; analizamos coincidencias, diferencias y tensiones que permitan saber si existe un sistema común de significación.
[1] El “libro de la comunidad” también conocido como el libro sagrado de los Quiche, pueblo maya que habitó en Guatemala y Honduras. Fue recopilado de la tradición oral en el S.XVI.